-En ocasión del 125 aniversario de la muerte del compositor-

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Recientemente la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección del maestro José Antonio Molina, inauguró su temporada sinfónica con un concierto del famoso músico Piotr Ilich Tchaikovsky, en ocasión de cumplirse en este año 2018 los 125 años de la muerte del compositor ruso. Este acontecimiento musical me motivó a escribir unas pequeñas notas de cómo nació una de sus piezas más celebradas: la 1812.

Los inviernos rusos tienen fama de ser muy crudos, pero quiero referirme en la ocasión a uno muy particular, al correspondiente al año 1812, el cual inspiró una apasionante obra musical de la autoría de Tchaikovski, conocida como la 1812, donde se destacan las campanas y los cañones, secuela de la retirada de las tropas napoleónicas del territorio ruso. Es sabido que el riguroso invierno del año 1812 durante la invasión de Napoleón a Rusia fue un factor decisivo para la derrota de las tropas francesas al mando del Emperador. Mucho se ha escrito sobre los estragos causados por el frío sobre las tropas napoleónicas.

En la obra Guerra y paz, León Tolstoi relata con detalles cómo se produjo la derrota y retirada de la Grande Armée, que en sus inicios estaba formada por 691,500 hombres. Tolstoi nos dice que:

Aunque Napoleón estuviera, el año de gracia de 1812, convencido de que de él solo dependía derramar o no la sangre de sus pueblos, se encontraba sometido al imperio misterioso de la historia que le empujaba fatalmente hacia adelante, dejándole la ilusión de considerarse dueño de su libre albedrío.

Más adelante el mismo Tolstoi nos dice:

Ocioso sería discutir ahora las causas que motivaron el desastre de los franceses: sin duda alguna, su entrada en Rusia en una estación demasiado avanzada, la ausencia de preparativos para una campaña de invierno, y el carácter mismo de la guerra como el incendio de las ciudades y la excitación al odio hacia el enemigo en el pueblo ruso, fueron otros tantos disparos que minaron el pedestal en que descansaba la gloria del ambicioso Bonaparte.

De nada sirvieron aquellas expresiones de Napoleón cuando llegado a Moscú, apeándose de su caballo dijo: “— ¡Esta ciudad, con sus innumerables iglesias, Moscú, la santa, la famosa, está frente a mí! ¡Ya era hora!”. La Grande Armée, a cuya cabeza figuraba el más grande capitán de ese siglo, había sido vencida en Rusia.

En el año 1880 el Zar Alejandro II quería conmemorar la derrota de Napoleón de 1812, por lo que mandó a construir la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, cuya construcción duró aproximadamente cuarenta y cuatro años.

El director del Conservatorio de Moscú, Nikolái Rubinstein, sugirió una pieza conmemorativa para la inauguración de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú. Se le encargó a Piotr Illych Tchaikovski. El 20 de agosto de 1882 fue estrenada en Moscú. Había nacido la Obertura 1812. Se destacan los cañones y las campanas.

Tchaikovski empezó el proyecto en octubre de 1880. Como un dato interesante debo apuntar que el Carnegie Hall, de la ciudad de Nueva York, fue inaugurado en 1891, con un concierto ofrecido por el músico ruso, donde interpretó su célebre Obertura 1812.

Recuerdo que en el año 1969, en un Estadio Quisqueya atiborrado de público, el maestro Carlos Piantini, dirigiendo la Orquesta Sinfónica Nacional, presentó por primera vez en el país la Obertura 1812, destacándose en vivo los cañones emplazados, que al efecto fueron disparados en ese terreno deportivo. Fue una gran noche. El público disfrutó el espectáculo. No fue necesario ser un experto en música clásica para aplaudir estruendosamente a nuestra Orquesta Sinfónica Nacional. ¿Cuándo se repetirá ese acontecimiento cultural?

2 respuestas

  1. Interesante comentario apreciado amigo Jorge ,la Obertura 1812 es una de las piezas musicales de Tchaikovski que más escucho.
    Saludos afectuosos

    Jaime Fdez

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