Estimados amigos:

Expreso mi agradecimiento a la Junta Directiva del GRED-Unibe y su Consejo Editorial, así como a las autoridades de la Universidad Iberoamericana (UNIBE), que avalaron estos premios.

De todas las posiciones que la vida me ha dado la oportunidad de ocupar y desde ellas servir a los demás, la de profesor ha sido la que mayor satisfacción me ha brindado.

Cuando fui exaltado como Profesor Meritísimo de esta universidad pensé que con ella terminaban los anhelos de aquel hombre que desde la cátedra entendió que esta era un instrumento de desarrollo para el país, pues no concebía, aún no lo concibo, que exista desarrollo sin una buena educación a todos los niveles. Lo que jamás sospeché era que el destino me tenía reservada la sorpresa de que los estudiantes de la escuela que yo fundé instituirían una premiación con mi nombre. ¡Estos premios me honran!, y sin rubor confieso que me halagan.

Durante toda mi vida académica me he esforzado por transmitirles a mis alumnos no solamente conocimientos, sino con ellos los valores que han sido parte de mi comportamiento y de mi buen vivir. A la única riqueza que he aspirado ha sido la de alimentar mi alma de sentimientos nobles y de no deshonrar a mi familia, amigos y a quienes han confiado en mí. Y mucho menos a decenas de alumnos que han visto a su profesor de Derecho cubrir su cabeza con la nieve de los años. ¡He disfrutado de una floreciente primavera y ahora cuando las hojas se van desprendiendo del otoñal tronco, quiero un invierno apacible!

Me he quedado con el título de profesor, no digo maestro porque sería muy pretencioso de mi parte tratar de tener la investidura acrisolada de un Eugenio María de Hostos o de don Federico Henríquez y Carvajal, o de un ícono de la enseñanza como lo fue doña Zoraida Heredia viuda Suncar, quienes desde sus peanas sirvieron de ejemplos de inigualables valores patrios, éticos y morales.

No creo ya a mi edad pueda apartarme de los valores que han guiado mi existencia y que han sido motivos para estas premiaciones. Pero de antemano os aseguro, queridos amigos, que si algún día me apartara de esos principios, de yo no tener el valor de que una daga digna atravesare mi pecho indigno, ustedes, sin contemplaciones erradiquen mi nombre de estos premios y envíenme al destierro donde moran los ingratos y traidores. Que me destierren al noveno círculo de la Divina Comedia de Dante, donde purgaría allí mis inconductas del último tramo de mi vida y allí compartiré mi condena con los ingratos y los traidores.

Son estudiantes de Derecho; pronto serán abogados. La ocasión es propicia para decirles que en el juicio inexorable de la Historia el buen abogado no se identifica por la cantidad de causas ganadas, sino por la cantidad de causas justas defendidas. Ya lo dijo Juan Pablo Duarte: «Sed justos lo primero, si queréis ser felices».

Auguro muchos éxitos y duración en el tiempo a esta premiación, pues en la medida que se mantenga la misma, mi nombre permanecerá indisolublemente ligado a ella, y tal vez de esa manera se logre perpetuar, ya que pongo en dudas lograrlo con ninguna de mis otras actividades públicas y privadas que a lo largo de tantos años he realizado.

Por último, quiero manifestarles que mi gran satisfacción como profesor es haber sido superado por muchos de mis alumnos. Creo que en mi larga vida en la enseñanza universitaria alumnos y yo hemos aprendido juntos. Tengo la ventaja sobre ustedes que ya yo fui joven y profesor; ¡ustedes son jóvenes, pero todavía no han sido profesores!

Muchas gracias.

4 respuestas

  1. Lindas y sabias palabras del magistrado don Jorge Subero Issa a quin alguna vez me gustaria conocer personalmente y estrwchar su mano. Cuanta sapiencia académica!!

  2. Excelente profesional muy buen ser humano y gran Presidente de la suprema corte de justicia, bien merecido su reconocimiento, con esté premió se dignifica la eficiencia profesional, que bueno es contar con usted. Dr. Jorge Subero Isa. Muchas felicidades. Y ojalá Dios nos brinde la oportunidad a los profesionales de Monte Plata, tener la oportunidad de recibir una charla de derecho de responsabilidad civil sería un gran privilegio para los que no tenemos la oportunidad de pagar una universidad de tanto prestigio como es Unibe.

    1. Gracias Sixto: agradezco mucho la valoración que hace de mi persona. Lo de la charla en Monte Plata es cuestión de que la planifiquemos con tiempo suficiente. Para mí sería un gran honor dirigirme a la comunidad jurídica de una región a la que admiro tanto. Abrazos.

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