En ocasión de la conmemoración del Bicentenario del Código Civil, durante los días 11 y 12 de marzo de 2004, en París, Francia, tuve la osadía de invitar formalmente al primer presidente de la Corte de Casación de ese país, el magistrado Guy Canivet, a visitar la República Dominicana. Confieso que lo hice sin esperanza de que aceptara la misma, pues para mí resultaba casi imposible que un jurista de su estatura y con la posición que ocupaba en ese momento aceptara la invitación. Sería la primera vez que un presidente de la Corte de Casación francesa visitara nuestro país. Sin embargo, la aceptó con mucho agrado, y durante esa visita, el 28 de junio de ese mismo año 2004, pronunció una conferencia en la Escuela Diplomática y Consular de la entonces Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores, con el título La evolución de los métodos de interpretación del Código Civil. Dicha conferencia fue publicada por la Escuela Nacional de la Judicatura, y puede ser leída en el siguiente enlace: http://biblioteca.cejamericas.org/bitstream/handle/2015/1155/dom-cod-civil.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Al introducir en dicha conferencia al magistrado Canivet, expresé lo siguiente:
El Tratado de Basilea, suscrito entre Francia y España el 22 de julio de 1795, no solamente trajo la paz entre esas dos naciones, sino que, además, la parte española de esta isla, y que ocupa la República Dominicana, fue cedida por la segunda a la primera.
A pesar de que no fue hasta el 3 de enero de 1801, fecha en que hizo su entrada a la ciudad de Santo Domingo el gobernador en jefe de los ejércitos de Francia en la colonia francesa, Toussaint Louverture, durante todo ese período de 6 años (de 1795 a 1801), se siguió aplicando el derecho español, lo que originó graves conflictos entre el gobernador de la colonia francesa Esteban Laveaux y el gobernador español García, derivados de la situación de los esclavos.
En este sentido es importante citar un fragmento de una comunicación que le enviara Laveaux a García que dice así:
En mi calidad de general de división, de gobernador de la Isla de Santo Domingo, yo os prevengo que en nombre de la Nación francesa, en nombre de esta República una e indivisible, yo protesto contra la salida de la isla de todos los hombres negros que vos miráis como esclavos, y que son habitantes. Yo pido a la Convención Nacional que mire como infracción al tratado, la saca de uno solo de estos hombres que han sido tan desgraciados, y que tocan en la dicha, fruto de los trabajos de los republicanos.
El mismo día de su entrada a la capital, Louverture se dirigió a la Plaza Central (hoy Parque Colón) y frente a la multitud reunida pronunció vigente la libertad total de todos los derechos, acorde con los principios de igualdad, libertad y fraternidad, de la Declaración de los Derechos del Hombre.
A pesar de que Louverture solo ocupó la parte española por 14 meses, pues ya en marzo de 1802 tuvo que retirarse a la parte francesa para enfrentar la expedición de Leclerc, durante ese período se proclamó la Constitución de 1801, el 8 de julio de ese mismo año, la cual contiene disposiciones que son recogidas en nuestro ordenamiento constitucional como por ejemplo la que contenía el artículo 12 de dicha Constitución que dice: «La Constitución garantiza la libertad y la seguridad individuales. Nadie podrá ser detenido sino en virtud de una orden, emanada de un funcionario legalmente competente. La prisión se realizará en los lugares designados al efecto».
Durante ese período también se estableció una Corte de Casación para toda la isla para conocer de los recursos de nulidad contra las decisiones de las Cortes de Apelación.
A pesar de que durante toda la época de la dominación francesa los códigos napoleónicos no estuvieron vigentes en esta parte de la isla, es innegable que la presencia del derecho francés se ha mantenido desde entonces como una fuente de consulta de primer orden.
Esta Suprema Corte de Justicia ha sacado a nuestro país del anonimato en que se encontraba en el mapa judicial mundial, colocándolo hoy día en un punto luminoso. Así lo evidencia, en el área latinoamericana, la celebración en el próximo mes de noviembre del XI Encuentro de Presidentes y Magistrados de los Tribunales Constitucionales y las Salas Constitucionales de América Latina. En el área iberoamericana, la visita a nuestro país del Presidente del Tribunal Supremo de Justicia y Presidente del Consejo General del Poder Judicial del Reino de España, el magistrado Francisco José Hernando Santiago, quien apenas hace 10 días nos ofreciera una conferencia, y, de igual manera la elección a unanimidad de los 22 países representados en la VIII Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia, celebrada del 23 al 25 del presente mes en El Salvador, donde la República Dominicana fue seleccionada sede para la XIII Cumbre Judicial Iberoamericana. En el área europea, la presencia por primera vez del Primer Presidente de la Corte de Casación francesa, el magistrado Guy Canivet.
Todos estos eventos ponen en evidencia la visión de futuro de nuestra Corte en cuanto a la importancia de las relaciones internacionales, la cual se completará con la visita, probablemente este mismo año del presidente del Supremo Tribunal de Justicia de la República Federativa del Brasil, el magistrado Edson Carvalho Vidigal.
Las relaciones de hermandad entre la Escuela Nacional de la Magistratura Francesa y la Escuela Nacional de la Judicatura de la República Dominicana comenzaron varios años atrás, prácticamente desde los inicios mismos de nuestra escuela judicial y debo dar fe aquí de que siempre han sido armónicas y caracterizadas por el respeto mutuo. Recuerdo bien la gran ayuda recibida de parte de la escuela judicial francesa en el año 1999, cuando nos abocamos a la elaboración de un proyecto que dotase al Poder Judicial de un sistema de selección y formación de sus aspirantes y de capacitación de los magistrados recién designados, proyecto que a la postre culminó con la instauración del actual Programa de Formación de Aspirantes, uno de los mayores logros del Poder Judicial en las últimas décadas.
¿Qué decir del mes francés? Con el apoyo de la embajada de Francia en República Dominicana, desde el año 2001 y normalmente durante los meses de verano, las escuelas judiciales francesa y dominicana han venido realizando esta actividad que concita el interés de toda la comunidad jurídica nacional. Una excelente oportunidad con la cual cuentan los magistrados dominicanos para intercambiar ideas y conocimientos con sus pares franceses, y que cada año se ha intentado abrir cada vez más a la comunidad jurídica en general.
El mes francés de 2001 nos puso en contacto con magistrados franceses expertos en las áreas de derecho procesal civil y derecho penal, así como integrantes del ministerio público y de la policía judicial para todo lo que es el proceso penal; en el 2002 los magistrados visitantes fueron expertos en las áreas de derecho de menores, en justicia y democracia, y de nuevo recibimos a integrantes del ministerio público y de la policía judicial para todo lo que es el proceso penal. Como cierre a ese mes francés de 2002, se realizó una ceremonia solemne en la que el magistrado Jean Marie Coulon, Primer Presidente de la Corte de Apelación de París, dictó una conferencia magistral y fue investido como profesor honorario de la Escuela Nacional de la Judicatura.
Ya para el evento del pasado año, arribaron desde Francia especialistas expertos en las áreas de violencia intrafamiliar, inspectoría judicial, ética judicial y derecho internacional público, teniendo de nuevo el honor y el placer de contar con la presencia del magistrado Coulon, quien nos deleitó de nuevo con una conferencia magistral.
Para este año 2004, ya el cuarto consecutivo en el cual se realiza el mes francés, es del interés de las entidades que organizan el evento que las actividades propuestas estén abiertas a la participación de miembros de la comunidad jurídica internacional, de manera que puedan beneficiarse jueces, abogados e integrantes del ministerio público de países del Caribe y América Latina.
Resulta necesario destacar que a la organización del mes francés se han integrado otras instituciones como la Alianza Francesa de Santo Domingo, así como universidades dominicanas, en cuyas sedes se organizan actividades conjuntas tales como conferencias, charlas, cafés y presentaciones de películas francesas cuyos argumentos giran en torno a temas judiciales: En fin, se ha intentado que durante la realización del mes francés, el derecho de la hermana República Francesa sea el protagonista de las actividades de capacitación e intercambio de ideas en la comunidad jurídica dominicana.
La colaboración entre la Escuela Nacional de la Magistratura Francesa y la Escuela Nacional de la Judicatura ha permitido también que en varias ocasiones miembros del Poder Judicial dominicano hayan pisado el suelo francés en la búsqueda de nutrirse de la experiencia de la escuela judicial gala mediante el intercambio con los magistrados franceses. En ese contexto, el primer viaje fue realizado por el Dr. Juan Manuel Pellerano Gómez, en ese momento director de la Escuela Nacional de la Magistratura, el Juez Primer Sustituto de Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Dr. Rafael Luciano Pichardo y la magistrada Ana Rosa Bergés, quienes visitaron Francia con el objetivo de conocer a fondo el funcionamiento de la escuela judicial francesa.
Del mismo modo han bebido de esta fuente el director y la subdirectora de la Escuela Nacional de la Judicatura, y en marzo de este mismo año, quien les habla tuvo el honor de visitar la Escuela Nacional de la Magistratura Francesa, respondiendo a una invitación cursada por el Primer Presidente de la Corte de Casación Francesa, con motivo del bicentenario del Código Civil Francés.
Esta ya larga relación de cooperación entre los poderes judiciales francés y dominicano ha desembocado en la firma de sendos acuerdos de cooperación interinstitucional entre la Escuela Nacional de la Magistratura Francesa y la Escuela Nacional de la Judicatura de la República Dominicana, por un lado, y entre la Corte de Casación Francesa y la Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana por el otro. Acuerdos que de seguro serán fuente de grandes beneficios para todas las partes involucradas.
La presencia en esta sala del honorable magistrado Guy Canivet, Primer Presidente de la Corte de Casación Francesa, en un año histórico para la legislación francesa al celebrar el bicentenario de su Código Civil, es una prueba más de los estrechos lazos de cooperación y amistad existentes entre los poderes judiciales de Francia y la República Dominicana, lazos cada día más fuertes, que unen dos poderes judiciales hermanos que luchan, ambos desde sus propias realidades, coyunturas y circunstancias, por brindar un servicio de administración de justicia acorde con las expectativas de las sociedades a las cuales sirven.
Una de las grandes ventajas que nos ofrece el Código Civil de 1804 es su flexibilidad, lo que ha permitido que la jurisprudencia en una labor ardua y constante haya mantenido su vigencia, aún en aquellas áreas donde la cirugía legislativa ha sido necesaria. Esta obra maestra del derecho universal constituye sin lugar a duda un ejemplo a seguir en materia de codificación aún en una época de economía globalizada cuando se pone en evidencia el carácter federal de la codificación. No escapa a la realidad que las integraciones económicas regionales implican generalmente una armonización del derecho interno con la normativa internacional. Tal como se afirma en la publicación patrocinada por el Ministerio de Justicia de Francia a propósito del bicentenario del Código Civil: «El concepto de codificación que, en la historia contemporánea, era indisociable del Estado soberano, es ahora utilizado en derecho internacional, particularmente por la Comisión del Derecho Internacional de las Naciones Unidas». Todavía después de 200 años queda sin respuesta la pregunta formulada por Napoleón estando preso en Santa Elena cuando preguntó: «¿Por qué mi código no sirvió de base a un código europeo?».
Sin más preámbulos les dejo con el magistrado Guy Canivet y su conferencia magistral La evolución de los métodos de interpretación del Código Civil.
¡Muchas gracias!
Dr. Jorge A. Subero Isa
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana