Jorge A. Subero Isa

A propósito de las elecciones municipales del próximo 18 de febrero de 2024, quiero compartir con ustedes algunos recuerdos de otras municipales celebradas el 16 de mayo de 1968, de conformidad con lo que disponía transitoriamente la Constitución de la República de 1966: «Art. 123.- Los funcionarios municipales elegidos en las elecciones generales del 1ro. de junio de 1966 durarán en sus funciones hasta el 16 de agosto del año 1968, y los que fueren elegidos en las elecciones municipales de 1968, hasta el 16 de agosto de 1970». En esas elecciones que fueron celebradas al amparo del Acto Institucional, suscrito como parte de los documentos jurídicos que pusieron fin a la Guerra de Abril de 1965, ejercí por primera vez el derecho al voto, pues en las anteriores de 1962 era menor de edad.

Para esa época yo era un servidor público, pues había comenzado a laborar interinamente en el ministerio de Educación, Bellas Artes y Cultos desde el 23 de septiembre de 1966,[1] hasta que fui designado con la pomposa designación de «Auxiliar Técnico de Impresos y Publicaciones de los Talleres Tipográficos La Nación, Ministerio de Educación, Bellas Artes y Cultos»[2], por el entonces presidente de la República, Dr. Joaquín Balaguer, en virtud del Acto Institucional, en fecha 20 de octubre del año 1966, según se hace constar en el pergamino que conservo, firmado por ministro de Educación, Bellas Artes y Cultos (Víctor Hidalgo Justo) y el Oficial Mayor de ese ministerio (Francisco Batista (don Pancho), registro número 482 de fecha 26 de octubre de 1966 y por el secretario Administrativo de la Presidencia (José A. Quezada), registro número 6407 de la misma fecha, con un salario mensual de RD$100.00, menos el descuento obligatorio para el Instituto de Auxilios y Viviendas (SAVICA).

Fue en esa condición de servidor público que la Junta Central Electoral me escogió como primer vocal para formar parte de lo que para la época era una mesa electoral, ubicada en el local del Sindicato de Trabajadores Portuarios de Arrimo (POASI), en la calle Vicente Noble, de esta ciudad y como presidente fue escogido mi jefe inmediato, Edelmiro de Vargas hijo. Esas elecciones fueron de grandes tensiones, pues todavía quedaban abiertas muchas heridas a consecuencia de la Guerra de Abril de 1965, así como debido el llamado a abstención del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que presidía el profesor Juan Bosch, asistiendo a ese certamen electoral, entre otros,  el Partido Reformista y el Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), quien años más tarde se fusionó con el primero, de donde se derivó el Partido Reformista Social Cristiano, siendo su presidente el Dr. Joaquín Balaguer, quien se mantuvo en el poder hasta el año 1978, regresando luego en 1986, hasta 1996. De la situación creada en esa época todavía se trata el tema, como lo hizo recientemente el periódico Listín Diario[3].

Efectivamente, el 16 de mayo de 1966, a las 6:00 a. m., ya me encontraba en el lugar al cual fui destinado y luego de la instalación de la mesa electoral y recordar su presidente las funciones de cada integrante y de la misión de los delegados de los partidos participantes, se iniciaron las votaciones. A pesar de los años transcurridos permanece en mi memoria el ambiente inquietante que existía y las malas palabras e insultos que eran escritos en las boletas que íbamos extrayendo de las urnas, así como la gran cantidad de votos nulos que se produjeron. Me habían entregado los viáticos establecidos por la Junta Central Electoral, consistentes en RD$3.00 para cubrir transporte de ida (nos dijeron que un vehículo de la Junta nos recogería con las urnas) y para el almuerzo.

El local de POASI se encontraba en una zona que por su propia composición social era mayoritariamente del PRD, pues en él había funcionado un comando durante la Revolución y poco después de cerradas las votaciones a las 6:00 p. m., se escucharon disparos de armas de fuego en la cercanía, lo cual causó profunda preocupación, pues apenas habíamos comenzado a contar los votos y temíamos que en cualquier momento se produjeran mayores problemas. A medida que caía la noche se intensificaron los disparos al tiempo que se produjo un apagón eléctrico que se prolongó por mucho tiempo, pero como para la época no existían dispositivos electrónicos eso no constituyó un obstáculo para que siguiéramos el conteo de los votos y procediéramos a levantar el acta correspondiente.

Una vez culminado el proceso de votación nos quedamos esperando el vehículo de la Junta que nos recogería con las urnas, pero habiéndose acrecentado los disparos y la noche avanzaba vertiginosamente, le dije al presidente de la mesa que no esperáramos al que nos iba a buscar y que abordáramos un vehículo del transporte público, que lo pagamos entre los dos.

Así lo hicimos y nos trasladamos con las urnas al local del Congreso Nacional, que era donde funcionaba la sede electoral, donde hicimos la entrega correspondiente. Regresé a mi casa de la calle Francisco J. Peynado, Ciudad Nueva y me puse a ver por televisión cuando las autoridades de la Junta iban anotando con tiza en una pizarra los votos obtenidos por los partidos en la medida que iban llegando a dicha sede.

En ocasión de celebrarse el próximo domingo 18 de febrero de 2024 las elecciones municipales debemos recordar que el 16 de mayo de 1968 fueron celebradas las elecciones para escoger a los síndicos y regidores y sus respectivos suplentes, para agotar el período 16 de agosto de 1968 hasta el 16 de agosto de 1970, resultando electo síndico del Distrito Nacional Jorge Guarionex Lluberes Montás, candidato del Partido Reformista, quien sustituyó al Dr. José Ramón Báez Acosta, quien había sido electo en la boleta del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en las elecciones del 1ro. de junio de 1966. Los resultados nacionales de esas elecciones fueron publicados en la Gaceta Oficial número 9094 del 15 de agosto de 1968. Todo ese proceso electoral se hizo de manera manual. Mucho han cambiado las cosas en nuestro país a casi 56 años de aquellas elecciones. Yo también, obviamente, tenía 21 años de edad y ahora a días de los 77.


[1] Para esa época los ministros tenían la facultad de realizar designación provisionales a través de un formulario administrativo, pero la designación oficial correspondía al presidente de la República

[2] Lo de la posición con la cual fui designado solo se entiende si recordamos que luego de desparecer el periódico La Nación (medio perteneciente al Estado dominicano), el personal y  sus talleres pasaron al ministerio de Educación, Bellas Artes y Cultos.

[3] Ver: https://listindiario.com/la-republica/politica/20240209/cia-soborno-prsc-1968-proteger-joaquin-balaguer_794778.html.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *