Hace unos meses cuando me llamaron para renovar la suscripción de un periódico me preguntaron que si todavía vivía en la calle «26» del ensanche Naco, lo cual me sorprendió porque hace muchos años la ley número 128, del 2 de mayo de 1980, designó con el nombre de Orlando Martínez la calle número «26», que comienza en la avenida José Ortega y Gasset y termina en la calle Del Carmen, del ensanche Naco, Santo Domingo, Distrito Nacional. Esto lo traigo a colación porque en días pasados se anunció que las autoridades procederían a reorientar el tránsito vehicular por todo el sector de Naco, de la ciudad capital, lo que me llevó a recordar lo que era esa calle cuando en ella me mudé, y que en una ocasión el Ayuntamiento del Distrito Nacional la había declarado de una vía, aunque nunca esa disposición se ejecutó.
Era la época en que no existía la provincia Santo Domingo. El Distrito Nacional abarcaba lo que hoy es todo ese inmenso territorio. Estando soltero en el año 1973, la familia pasó a vivir de la calle Francisco J. Peynado, Ciudad Nueva, a la calle «26», ensanche Naco, de la ciudad capital. Luego de casado, mi esposa y yo pasamos a vivir en el año 1974 a otro sector capitalino y al cabo de un tiempo, en el 1979, el matrimonio ocupó la misma casa de la calle «26» de Naco, que yo había ocupado de soltero. En ella pasamos el ciclón David y la tormenta Federico y sentimos el efecto devastador sobre los árboles que teníamos en el patio de la casa.
Para cuando vivía como soltero en el Naco, todavía la avenida 27 de Febrero no había sido ampliada, pero tampoco la avenida José Ortega y Gasset. Eran calles normales que para la época todavía podían soportar sin mayores inconvenientes el tránsito vehicular. Cuando retorno ya casado, en el 1979, a la misma dirección naqueña, en el sector no se habían producido grandes transformaciones. En aquel tiempo se podía transitar sin mayores dificultades por todas las calles del referido ensanche, incluyendo una de las de mayor flujo vehicular, como lo era la anterior calle «18», actualmente conocida con el nombre de Gustavo Mejía Ricart.
Me parece que ha sido en los últimos 8 o 10 años cuando el sector comienza a dinamizarse en cuanto a la construcción de edificios. Tengo 39 años consecutivos viviendo en el mismo lugar. He visto el incremento de las construcciones verticales de la calle donde vivo y del ensanche Naco en general. ¡He sido testigo del crecimiento del ensanche!
La calle número «26» del ensanche Naco no se extendió superficialmente con el cambio de nombre a Orlando Martínez; se cambió un número por el de un mártir de la libertad de prensa; pero su extensión se mantuvo igual. Antes era, y aún sigue siendo, una calle de poca extensión superficial, es decir, que es una calle muy corta. Cuando nos mudamos, en ella no existían edificios; solo había casas de un solo piso, y recuerdo que, con excepción de dos o tres familias, todos teníamos un solo vehículo de motor. Hoy con la cantidad de edificios de apartamentos construidos, cada uno con no menos de dos vehículos, la situación ha cambiado. La misma calle con más cantidad de vehículos transitando por ellas.
En la actualidad la situación ha cambiado, pero dicha calle sigue teniendo la misma longitud, con más cantidad de vehículos transitando por ella.
Nos conocíamos todos los vecinos. Nos saludábamos y en ocasiones compartíamos. Era la época en la que Belkys Concepción y sus Chicán ensayaban en su casa paterna y la algarabía de las muchachas retumbaba en todo el sector. Lo mismo se puede decir de una plantica de energía eléctrica que adquirí pocos días después del ciclón David, que cuando se encendía se escuchaba en todo el ensanche, no tan solo por el ruido que hacía, sino porque había muy pocas plantas generadoras de electricidad.
Las apacibles mañanas y tardes que eran una de sus ventajas que nos permitían desplazarnos por sus calles sin grandes contratiempos, hoy han desparecido. Todas las horas son horas picos. Antes podíamos programar el tiempo de las rutas, hoy es una odisea salir o entrar a nuestras casas. Las calles de Naco han sido arropadas por la metrópolis. De ahí que hay que aplaudir el anuncio que han hecho las autoridades de reorientar el tránsito en el ensanche Naco, para lo cual las autoridades deben previamente realizar un profundo estudio de la circulación de los vehículos para evitar que la situación sea más caótica que en la actualidad.
Interesante historia.
Gracias Huáscar. El propósito es escribir cosas que puedan resultar de interés. Abrazos.